viernes, 20 de febrero de 2009

Abuelo José

Inqui 9 de enero 2009


Abuelo José

Querías marchar
sin hacer ruido,
vivías a la sombra de
tu cuerpo hundido,
temiendo a todo,
incluso de ti mismo.
Como un sauce sin hojas,
así era tu cuerpo,
desprovisto de alma y
de angustias lleno.
Así caminaste por
toda tu vida, con
pies que se arrastran
buscando un sentido.
Tanto miedo a morir cómo
a seguir viviendo.
De sonrisa triste, y
mirada perdida, así te
sentí, hasta antes de irte.
Qué cerca estuvimos
tan solo un minuto,
cuando acariciaba tu cara
en tu lecho de muerte.
Abriste los ojos para
despedirte, y de tu corazón
brotó la magia hacia el mío.
Vibré por dentro sin saber
qué pasaba, y cuando tu mano
prendí de amor llena estaba.
Con sólo una mirada,
y en tu último aliento
tu alma me hablaba, y
entonces pude ver
la felicidad que llevabas.

José, el abuelo.

Ina

No hay comentarios: